Ilusiones, que iluminan mi camino que me acortan la distancia con la felicidad, Ilusión como un sol como magia en la noche de quietud que calma mi ansiedad.

lunes, 28 de julio de 2008

El gusano y el escarabajo...

Había una vez un gusano y un escarabajo que eran amigos, pasaban charlando horas y horas.
El escarabajo estaba consciente de que su amigo era muy limitado en movilidad, tenía una visibilidad muy restringida y era muy tranquilo comparado con los de su especie.
El gusano estaba muy consciente de que su amigo venía de otro ambiente, comía cosas que le parecían desagradables y era muy acelerado para su estándar de vida, tenía una imagen grotesca y hablaba con mucha rapidez.
Un día, la compañera del escarabajo le cuestionó la amistad hacia el gusano.
- ¿Cómo era posible que caminara tanto para ir al encuentro del gusano?

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A lo que él respondió que el gusano estaba limitado en sus movimientos.
- ¿Por qué seguía siendo amigo de un insecto que no le regresaba los saludos efusivos que el escarabajo hacía desde lejos?
Esto era entendido por él, ya que sabía de su limitada visión, muchas veces ni siquiera sabía que alguien lo saludaba y cuando se daba cuenta, no distinguía si se trataba de él para contestar el saludo, sin embargo calló para no discutir.
Fueron muchas las respuestas que en el escarabajo buscaron para cuestionar la amistad con el gusano, que al final, éste decidió poner a prueba la amistad alejándose un tiempo para esperar que el gusano lo buscara.

Pasó el tiempo y la noticia llegó: el gusano estaba muriendo, pues su organismo lo traicionaba por tanto esfuerzo, cada día emprendía el camino para llegar hasta su amigo y la noche lo obligaba a retornar hasta su lugar de origen.
El escarabajo decidió ir a ver sin preguntar a su compañera qué opinaba.
En el camino varios insectos le contaron las peripecias del gusano por saber qué le había pasado a su amigo. Le contaron de cómo se exponía día a día para ir a dónde él se encontraba, pasando cerca del nido de los pájaros. De cómo sobrevivió al ataque de las hormigas y así sucesivamente.
Llegó el escarabajo hasta el árbol en que yacía el gusano esperando pasar a mejor vida. Al verlo acercarse, con las últimas fuerzas que la vida te da, le dijo cuánto le alegraba que se encontrara bien. Sonrió por última vez y se despidió de su amigo sabiendo que nada malo le había pasado.
El escarabajo avergonzado de sí mismo, por haber confiado su amistad en otros oídos que no eran los suyos, había perdido muchas horas de regocijo que las pláticas con su amigo le proporcionaban. Al final entendió que el gusano, siendo tan diferente, tan limitado y tan distinto de lo que él era, era su amigo, a quien respetaba y quería no tanto por la especie a la que pertenecía sino porque le ofreció su amistad.
El escarabajo aprendió varias lecciones ese día. La amistad está en ti y no en los demás, si la cultivas en tu propio ser, encontrarás el gozo del amigo.

También entendió que el tiempo no delimita las amistades, tampoco las razas o las limitantes propias ni las ajenas.
Lo que más le impactó fue que el tiempo y la distancia no destruyen una amistad, son las dudas y nuestros temores los que más nos afectan. Y cuando pierdes un amigo una parte de ti se va con él. Las frases, los gestos, los temores, las alegrías e ilusiones compartidas en el capullo de la confianza se van con él.
El escarabajo murió después de un tiempo. Nunca se le escuchó quejarse de quien mal le aconsejó, pues fue decisión propia el poner en manos extrañas su amistad, solo para verla escurrirse como agua entre los dedos.
Si tienes un amigo no pongas en tela de duda lo que es, pues sembrando dudas cosecharás temores. No te fijes demasiado en cómo habla, cuánto tiene, qué come o qué hace, pues estarás poniendo en una vasija rota tu confianza.

5 comentarios:

Meg dijo...

Adris no tienes idea de lo q me llego este post... precisamente hace pocos dias hice un viaje a ver a un amigo q digamos la esta pasando muy mal y ahh nadie entiende porque siempre soy yo la q va a ver a mis amigos-as y no ellos(cuando soy yo la q esta mal)... pero eso a mi no me importa porque afortunadamente siempre escucho a mi corazon y no presto atencion a los demas porque a un amigo nunca se le deja de tender la mano.

Pasala bien =)

Kari dijo...

muy buena enseñanza, me encantó el parrafo final. comparto con Rose..también pasa asi conmigo.

Saludos!!

Daniela Talavera dijo...

bueno a mi me categorizan por ingrata... lo admito lo soy, pero igual asi tengo muy buenos amigos, es crietro no somos para nada parecidos cad auno tiens sus porpias costumbre sy opiniones, pero de hehco siemrpe tiene que haber un punto en le cual todos cordinemos y podamos conversar... soy de las que va , y ellos tambien vienen, la amistad es algo que dura por la confianza las pruebas se dan mientras concoies ala persona no despues de.

Raúl dijo...

Definitivamente la amistad es lo que siempre dura, todo puede cambiar pero los amigos siempre te acompañaran, siempre estaran contigo. De verdad muy bonito el cuento, algo de pena pero excelente. Me gusto mucho tambien tu blog y gracias por la visita, nos leemos.

soleil dijo...

hace muchos años lei esta historia, y me gusto mucho entonces, despues la peri en algun hoyo de mi memoria... en verdad me alegro haberla encontrado ahora, justo ahora en que la necesitaba tanto!

gracias por compartirla, en verdad gracias!

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